miércoles, 6 de febrero de 2008

Parábola ( y = a x^2 + bx + c )


Voy a contaros algo que me ha sucedido hoy, y que bien podría ser una fábula. He estado en tres urbanizaciones de la Comunidad de Madrid, separadas una de la otra por 50 km. La carretera que las unía estaba en obras y había gravilla suelta y muchos baches en la carretera. De camino a la última urbanización he oído ruidos raros, que creía que provenían de los bajos del coche. Al bajarme en la urbanización no he visto nada raro, pero media hora después, tras realizar las medidas correspondientes en la torre de Vodafones he visto que una de las ruedas estaba pinchada.

Yo estaba a tomar por saco, y no había nadie por allí, y no, no sabía cambiar una rueda. Así que a duras penas he conseguido llegar a un aparcamiento del Caprabo que había a dos kilómetros de allí. He intentado pedir ayuda a los lugareños que iban a comprar al super, pero cuando me veían con la rueda de repuesto sacada, se alejaban antes de que me acercase a ellos. Entonces en la plaza contigua a la mía ha aparcado su A6 un hombre trajeado, que veía a 1 metro de distancia desde su ventana que necesitaba ayuda, pero se ha quedado sentado mirándome en silencio y con aire curioso.

Entonces ha pasado por allí un hombre sudamericano, y al pedirle que me echase una mano ha accedido sin poner pegas, y sin rechistar ha elevado el coche con el gato, ha quitado la rueda pinchada y ha puesto la de recambio. Mientras tanto el hombre trajeado observaba entretenido como cambiábamos la rueda.

¿La moraleja? Que cada cual saque la suya.

11 comentarios:

Sergio dijo...

Mi moraleja es que no tienes ni puta idea de cambiar una rueda. Cómo es eso posible. Es más, lo que creo es que ni lo intentaste. Porque, quién no sabe utilizar un gato y desenrroscar 4 o 5 tornillos. Aquel que conduce un coche debería saber cambiar una rueda.

Una última cosa, en los super y en las gasolineras se venden unos botes del tamaño de un botellin de agua que sirven para los pinchazos. Tienen una boquilla para roscarla en la válvula de la rueda y un botón para vaciar su contenido. Lo que hace este aparato es llenar la rueda durante un mínimo de horas. Viene muy bien por si te pasa en un mal sitio o no puedes soltar una tuerca vieja.

Ion, lo que te pasó no es como una fábula. Se te pincho una rueda como le puede pasar a todo conductor y como te llamas Ion, en vez de intentar arreglarlo tú pediste ayuda para que te lo hicieran.

Ido dijo...

La moraleja es que hay que dejar de ser racista

Anónimo dijo...

Sergio no es que no lo hiciese por vagancia, sino porque me parecía peligroso cambiar la rueda por primera vez sin saber si lo hacía bien a las 18:30 estando a 150 km de Madrid. Si me vuelve a pasar ahora ya sé cambiarla, pero siempre hay que ser precavido.

Sergio dijo...

Comprate un bote de esos que te he comentado. Viene muy bien.

Anónimo dijo...

Conozco el bote para los pinchazos de la bici (creo que de hecho me lo comentaste tú en una de nuestras excursiones en bici de antaño), para la del coche será parecido, no?.

También sé arreglar la rueda de la bici porque también me lo enseñaste tú, Sergio, metiéndola en agua para ver de donde salen burbujas y pegarle el parche.

Y ahora ya sé también cambiar la de coche gracias a las explicaciones de aquel hombre.

El siguiente paso será cambiar Ruedas de camión :P

Sergio dijo...

Tranquilo no me tienes que elogiar por esas chorradillas. Tú sabes de otras muchas cosas. Lo único que en vez de echarle tanta jeta al asunto mejor si lo intentas tú en vez de que te lo hagan mientras tú, Ion, miras.

Sergio dijo...

PD: Animo con la rueda de camión, pues no se pueden cambiar a mano. Se necesita de pistolas pneumáticas.

Anónimo dijo...

pues si revienta una rueda de camión lo haré a pulso, aiba la... :P

Que conste que no me quede mirando, soltamos entre los dos los tornillos de la rueda, y luego los ajuste yo. Vamos que el que acabo con las manos negras fui yo, no te creas que estuve de Mariloli.

zuri dijo...

PAZ Y AMOR chicos

Anónimo dijo...

Chap, eres un crack de la persuasión. Deberías escribir una nueva secuela del conocido libro "el monje que vendió su ferrari", jajajaja.

Por cierto, yo lo que creo es que NO HAY QUE SER RACISTA, no que haya que dejar de serlo. Lo mejor es no haberlo sido nunca. Hay gente buena y mala en todas partes.

Un abrazo!

Anónimo dijo...

después de doce cañas, una copa de hierbas y un cubata... Tras dormir 5 horas... estoy en el trabajo...

:(((